sábado, 7 de abril de 2012

~ Terapia Génica ~

Terapias capaces de corregir los defectos genéticos que causen enfermedades, tejidos y órganos para transplante creados in vitro que alivien la escasez de donantes, medicamentos diseñados a medida para cada paciente en particular con el fin de que se metabolice de la mejor forma posible y minimizando los posibles efectos adversos, o robots que realicen cirugías actualmente impensables son algunos de los avances técnicos y científicos que asegurarán para la medicina un futuro cercano.

La Terapia Génica, es, junto con el diagnóstico genético, la farmacogenética, el transplante de células stem, la cirugía robótica y la terapia fetal, una de las disciplinas protagonistas y responsables de las innumerables técnicas que han revolucionado la medicina, como es el caso de: dotar al corazón de vida (desde el marcapasos, y el by pass hasta la angioplastia, que permiten abrir arterias coronarias bloqueadas y reconducir el flujo sanguíneo); máquinas para el cerebro (como los neuroestimuladores o los sistemas de dosificación de medicamentos en pacientes con desórdenes neurológicos, las técnicas de estimulación eléctrico-cerebral profunda en pacientes con enfermedades degenerativas y la estimulación neuromuscular elétrica transcutánea en pacientes artríticos); y diagnóstico por imagen, (gracias a la resonancia magnética, el escáner, y el PET, que constituyen procedimientos no invasivos que permiten ver mejor los tejidos blandos y distinguir estructuras del cuerpo humano que antes no se visualizaban sino difusamente).



¿Qué es la terapia génica?

En un sentido estricto, por Terapia Génica Humana se entiende la "administración deliberada de material genético en un paciente humano con la intención de corregir un defecto genético específico". Aunque otra definición más amplia considera la Terapia Génica como "una técnica terapéutica mediante la cual se inserta un gen funcional en las células de un paciente humano par corregir un defecto genético o para dotar a las células de una nueva función".


¿Qué estrategias se utilizan en la aplicación de la terapia génica?

Hoy en día existen dos tipos de Terapia Génica; la Terapia Génica de las Células Somáticas, y la Terapia Génica de las Células Germinales, aunque actualmente sólo la primera está siendo desarrollada.
  • Terapia Génica Somática: Se realiza sobre las células somáticas de un individuo, por lo que las modificaciones que implique la terapia sólo tienen lugar en dicho paciente. Se lleva a cabo mediante dos procedimientos:
- Terapia in vivo: la transformación celular tiene lugar dentro del paciente al que se le administra la terapia. Consiste en administrarle al paciente un gen a través de un vehículo ( por ejemplo, un virus), el cual debe localizar las células a infectar. El problema que presenta esta técnica es que es muy difícil conseguir que un vector localice a un único tipo de células "diana".
- Terapia ex vivo: la transformación celular se lleva a cabo a partir de una biopsia del tejido del paciente y luego se le transplantan las células a transformadas. Como ocurre fuera del cuerpo del paciente, este tipo de terapia es mucho más fácil de llevar a cabo y permite un control mayor de las células infectadas. Esta técnica está casi completamente reducida a células hematopoyéticas, pues son células cultivables, constituyendo así un material transplantable.



  • Terapia Génica Germinal: Se realizaría sobre las células germinales del paciente, por lo que los cambios generados por los genes terapéuticos serían hereditarios. No obstante, ésta clase de terapia génica no se lleva a cabo hoy en día, ya que no se dispone de la tecnología necesaria para llevarla a cabo, y ha sido proscrita por la comunidad científica y por organismos internacionales por sus implicaciones éticas, pues la Terapia Génica Germinal trataría células del embrión temprano, los óvulos, los espermatozoides o sus precursores.

Aunque se han utilizado enfoques muy distintos, en la mayoría de los estudios de terapia génica, una copia del gen funcional se inserta en el genoma para compensar el defectivo. Si ésta copia se introduce en el huésped, se trata de terapia génica de adición. Si tratamos, por medio de la recombinación homóloga, de eliminar la copia defectiva y cambiarla por la funcional, se trata de terapia de sustitución.

Actualmente, el tipo más común de vectores utilizados son los vectores virales (como los virus, retrovirus, adenovirus, virus adenoasociados, herpes virus, y proteína ''pseudotyping'' de vectores virales), que pueden ser genéticamente alterados para dejar se der patógenos y portar genes de otros organismos. No obstante, existen otros tipos de vectores de origen no vírico (como ADN desnudo, oligonucleótidos, cromosomas artificiales y lipoplexes o poliplexes) o vectores híbridos (como los dendrímeros), que también han sido utilizados para ello.

Las células diana del paciente se infectan con el vector (en el caso de que se trate de un virus) o se transforman con el ADN a introducir. Este ADN, una vez dentro de la célula huésped, se transcribe y traduce a una proteína funcional, que va a realizar su función, y, en teoría, a corregir el defecto que causaba la enfermedad.


¿Qué riesgo existe en el transplante de genes?

Es difícil estimar los riesgos y las consecuencias de la discrepancia entre el comportamiento efectivo del organismo genéticamente modificado y el comportamiento esperado. La mayoría de los riesgos están relacionados con la producción y utilización de vectores para transmitir un gen extraño a una célula:
  • En cuanto a la producción de vectores, éstos suelen ser de origen vírico y, aunque se eligen atendiendo a su seguridad de empleo, es posible una recombinación genética entre el virus y las células de complementación, la cual puede originar partículas víricas replicativas capaces de infectar a otras células.
  • Otro tipo de peligro se debe a la capacidad de los vectores retrovíricos de inducir la producción de tumores o la inducción de una respuesta inmunológica mortal, como es el caso de la denominada ''inmunodeficiencia combinada severa'' (enfermedad de los niños burbuja), que ocasiona la muerte a los afectados, pues éstos carecen de un sistema inmunológico sano. Para evitarlo, se insertan en los vectores retrovíricos genes suicidas.
  • Respecto al uso terapéutico de vectores genéticamente modificados, cabe la posibilidad de que haya recombinación en el organismo humano. Si la célula ''diana'' ya está infectada por un virus, una recombinación puede transformar el vector en virus infeccioso. Para que eso no ocurra, eligen retrovirus que no tengan secuencias homólogas con los virus que infecten al hombre. Además, para evitar la diseminación de genes por virus, se limita el uso de vectores a determinados recintos.
  • Otra clase de riesgos está relacionada con las modificaciones genéticas de células germinales. Ya se han transformado células precursoras de espermatozoides en ratones; estas alteraciones se trasmitirán a la descendencia, por lo que, para evitarlo es necesario estudiar la biología básica de la producción de espermatozoides, o el empleo de células precursoras de estos gametos en experimentos de ingeniería genética y terapia génica.
  • Además, existe un debate científico sobre si deben intentar eliminar las enfermedades genéticas mediante terapias génicas de las células germinales, ya que algunos expertos han señalado la diferencia que existe entre introducir genes nuevos para tratar una enfermedad y alterar el linaje de un individuo, lo cual puede crear graves desórdenes genéticos.
  • Los peligros sobre los ecosistemas, por otro lado, radican en la posibilidad de la diseminación del gen hacia otras especies y en las consecuencias de introducir organismos nuevos en un ecosistema, que siempre perturba los equilibrios ecológicos. Los movimientos ecologistas destacan que la propagación de un transgén por el ecosistema puede ir acompañada de efectos indeseables, como por ejemplo, la propagación de cepas de parásitos resistentes a determinadas toxinas, o la competencia entre los organismos transgénicos y los silvestres, lo cual podría alterar las funciones y estructura de las comunidades, y con ello, las del propio ecosistema.
Pese a las precauciones, los riesgos no se pueden eliminar totalmente. Habrá que idear procedimientos que garanticen la seguridad del enfermo y de su entorno. De este modo, podrá ser aceptada la terapia génica, con sus riesgos y sus beneficios.
A causa del insuficiente conocimiento de los efectos de la ingeniería genética y la terapia génica, la legislación actual debería ser restrictiva y hacerse más permisiva a medida que avanzasen los conocimientos sobre el tema.

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